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¡Y sin embargo algunas personas dicen que se aburren!¡ Démosles libros!¡Démosles fábulas que los estimulen!¡Démosles cuentos de hadas! Jostein Gaarder

viernes, 2 de noviembre de 2012

Guille y Pablo: Llega Cheetah. Educación infantil y primaria.


En recuerdo de  Nana  y de Cheetah, dos perritas que nos dejaron para subir al cielo de los perros. Cheetah, una  foxterrier,  se marchó ayer; allí estará con su amiga Nana y con todos demás animales que tantas alegrías nos dan durante su vida entre nosotros.Este cuento lo tenía escrito hacía tiempo, precisamente cuando Chetaah llegó a casa de mis nietos para hacer compañía a Nana. Nana murió de vieja y quedó Cheetah que se ha ido solo con cinco años.
Lo he subido ahora para hacerla un pequeño homenaje.

Cheetah
 



Nana, la perrita de Guille y Pablo, está muy viejecita y además se ha puesto enferma. Los dos niños la quieren mucho, por eso, cuando vienen de la calle van a verla, la buscan por toda la casa hasta que la encuentran.
Casi siempre está metida es su caseta porque le cuesta mucho trabajo andar. La llevan muchas veces a que la vea Susi, la veterinaria.
Esta les ha dicho que si le dan unas pastillas todos los días mejorará. Parece que le sientan bien pero, Mayca, la mamá de los niños, piensa que, además de enferma, Nana está muy sola. Antes, tenía la compañía de Pongo pero desde que este no está- se lo llevaron sus primos a una casa más grande porque necesitaba espacio para correr- está muy triste:
- Niños, he pensado que vamos a comprar otro perrito.
-¡Bien!-, gritan contentos-, así Nana tendrá compañía.
-Bueno, también hay que pensar que algún día Nana se morirá y así tendremos otro cachorrito.
-Mama, nosotros no queremos que Nana se muera-, le dicen los dos niños.
-Ya lo sé, pero es muy viejecita y está malita; lo más seguro es que se vaya al cielo de los perros en cualquier momento.
Los  niños se ponen a llorar pensando que Nana se va a morir, así  que, para que se les pase el disgusto la madre se va en busca de un libro de razas de perros que tiene desde pequeña y empieza a mirar cuál  es cachorro que más les conviene:
-A mí me gustan los Beagles-, dice Guille muy contento, pensando que podrá tener uno.
-Y a mí también-, repite Pablo al que le gustan  las mismas cosas que a su hermano.
En ese momento entra  el padre:
-¿Qué estáis haciendo?
-Estamos mirando un perrito nuevo para que le haga compañía a Nana y por si se muere pronto-, explica Pablo haciendo pucheros.
-Bueno, no llores. A lo mejor falta mucho para que eso ocurra. ¡Venga, vamos a elegir uno! y el papá se agrega al grupo para animarlos.
A  su padre le gustan los foxterrieres. Siempre ha soñado con tener un perro de esa raza. Encienden el ordenador y buscan en las páginas de venta de animales:
-¡Mirad! venden cachorros de foxterrier con pedigrí, justo lo que yo quiero-, dice. Guille se queda un poco desilusionado pero si traen un foxterrier  también lo va a querer mucho.
Su mamá llama al teléfono que indica en la página de internet, y se pone de acuerdo con el dueño de los perritos en que se lo van a mandar por  una agencia de transportes que está especializada en llevar animales de un sitio a otro. Los niños están contentísimos, van a tener un cachorrito nuevo dentro de dos días.
Les mandan una hembra y le poner de nombre Cheetah, porque los Foxterrier corren mucho lo mismo que esos felinos. El nombre lo ha elegido Guille porque dice que  el Cheetah es el animal que más le gusta.
Cuando llegan del colegio van corriendo a verla. Es una perrita preciosa  que tiene casi todo el cuerpo  blanco con algunas manchitas marrones y otras más pequeñas, negras. No para de llorar porque echa de menos a su mamá,  entonces la meten en la caseta de Nana, se acurruca junto a ella y se calla.
Los abuelos vienen a conocerla:
-¿Qué nombre le habéis puesto?
-Cheetah.
-¿Le habéis puesto nombre de mono a un perro?
-No abuela, cheetah como los leopardos.
Claro, esta palabra aunque se escribe así, se pronuncia de otra forma, por eso los abuelos entienden: Chita
-No nos gusta, parece que la llamáis Chita como a la mona de Tarzán.
Los niños se quedan un poco desilusionados por la opinión de sus abuelos pero inmediatamente se les olvida y se van a buscarla.
Le gusta mucho jugar con ellos y  desde pequeñita se la ve que tiene genio pues gruñe cuando la regañan si hace algo malo.
Es muy inquieta y no para de correr por el jardín. A veces tira alguna maceta. Cuando oye algún perro fuera, rodea la valla ladrando y trepando por ella  hasta que se va. ¡A la pobre Nana la vuelve loca!
La compañía de Cheetah ha sido muy beneficiosa para ella. Ha mejorado mucho y está más contenta, sin embargo el cachorrito se ha hecho grande y a veces las dos perras se pelean. Cheetah no respeta que Nana sea más mayor y quiere comer antes que ella, así es que Nana tiene que hacer valer sus derechos.
Aparte de los roces en la comida, se llevan muy bien y les gusta mucho dormir juntas.
Nana
Un día Nana no se puede levantar, se encuentra peor, avisan a la veterinaria  y esta le dice que la perrita se está muriendo.
La mamá empieza a llorar porque ella tiene a Nana desde hace mucho tiempo, casi desde que era una niña ¡Menos mal que los niños no están en casa!
Nana mira a Mayca y cierra los ojos para siempre. Cuando llegan Guille y Pablo, preguntan por ella porque no la ven.
-Susi se la ha llevado a la clínica para ver si mejora-, les dice su madre esperando el momento adecuado para darles la mala noticia. Ellos se conforman y juegan con Cheetah.
Los días van pasando y los niños cada vez están más encariñados con su nueva perrita. Cuando Mayca cree que ya están preparados, les dice:
- Me ha llamado Susi, Nana se ha ido al cielo de los perros.
Los dos niños se quedan callados. Pero luego Pablo le pregunta:
-¿Entonces mamá, ya no la vamos a ver más?
-No Pablo, ahora tienes a Cheetah para que te haga compañía.

Guille y Pablo sienten mucho la falta de Nana y han estado todo el día tristes, pero los niños enseguida olvidan. A la mañana siguiente, al levantarse, salen a jugar con su nuevo cachorrito; los chavales son así.

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