Mensaje de bienvenida

¡Y sin embargo algunas personas dicen que se aburren!¡ Démosles libros!¡Démosles fábulas que los estimulen!¡Démosles cuentos de hadas! Jostein Gaarder

viernes, 23 de diciembre de 2011

Madrid en Navidad

    Hola chicos, otra vez es Navidad; yo  en estas fechas vuelvo a mi niñez y como nací en Madrid, necesito acercarme a esa ciudad, pasear por las calles en donde viví y sentir el ambiente navideño de estas fechas. Madrid, ahora, está muy bonito porque todo se llena de luces y la gente sale a pasear y a disfrutar de la iluminación y del bullicio callejero. Yo también disfruto del frio. Para mí no es Navidad si no hay abrigo, bufanda y guantes.
    En estas fechas en Madrid hay muchas cosas que ver: exposiciones, museos, musicales y todo tipo de comercios que ofrecen muchas cosas bonitas. Os aconsejo, si vais, que veáis el musical de ELREY LEÓN, es muy bonito, seguro que os gusta.También podéis acercaros al Museo del prado, allí hacen actividades para niños que son muy divertidas, visitar  la Plaza Mayor, La Cibeles para ver los espectáculos de luz que se ofrecen por la noche  y, sobre todo, pasear.
   Si queréis que os diga la verdad, después de unos días de andorrear por  aquí y por allí, vuelvo con  las  pilas cargadas  y con el corazón lleno de buenos deseos para todos. Os he preparado un video resumen de mi visita. No os creáis que el montaje ha sido cosa mía, no. Mi amiga Mª José  Carrillo, profesora del colegio El MOLINICO de la Alberca, ha hecho este estupendo trabajo y, además, lo ha acompañado de un villancico muy alegre. Espero que os guste y podáis haceros una idea de lo bonita que es la Navidad en Madrid.

OS DESEO FELICES FIESTAS Y QUE LA VIDA SEA PARA TODOS COMO UN CUENTO CON

UN FINAL FELIZ

Piruletas me felicita las fiestas.

Esta es la felicitación Navideña que he recogido del blog de  Piruletas. Muchas gracias es muy bonita.

sábado, 10 de diciembre de 2011

Villancico .El burrito sabanero


Desde que soy maestra, no ha habido una Navidad en la que yo no haya enseñado este villancico a mis alumnos, por eso lo cuelgo aqui para los que quieran aprenderlo. Es muy alegre y a los niños les gusta mucho.

lunes, 5 de diciembre de 2011

Unos magos diferentes. Para todas las gentes de buena voluntad.

Siempre que llegan estas fechas, mi padre me acompaña en el recuerdo. Con él montábamos siempre el belén. Él nos hizo vivir momentos inolvidables. Se lo dedico con todo mi amor.Espero que os guste mucho. Un abrazo para todos.
                                   
Unos Magos diferentes.

       Se acercaba la Navidad y en casa de Miguelín  había mucho alboroto, ¡por fin iban a poner el belén! La mesa de la terraza ya estaba abierta; la habían forrado con papel de embalar para que no se manchase.
-Miguelín, espera un poco no seas impaciente; hay que desenvolver las figuras con cuidado, puedes romper alguna -le decía su madre, que sabía que las prisas no eran buenas.
      El niño estaba nervioso, acababan de empezar a prepararlo y ya quería verlo todo terminado;  se acordaba del que habían hecho el año anterior y ya se lo imaginaba tal y como lo colocaron: a la izquierda el portal y, dentro de él, el nacimiento. Esas eran las figuras más bonitas de todas, especialmente la Virgen María y San José; el niño también era muy gracioso y la mula y el buey parecían casi de verdad. Encima del portal de corcho, enganchaban el ángel, que por cierto tenía una mano rota. A la derecha estaba el pueblo con una posada, un horno para hacer pan con su fuego y todo, una fuente que echaba agua y una hoguera con luz alrededor de la cual colocaban a los pastores. En el centro, el estanque con muchos patos y un río con un puente y una lavandera. ¡Ah!, también al fondo, situaban sobre una montaña el castillo de Herodes con el rey y los soldados. Rodeando toda la mesa, hacían un camino con serrín  por donde iban los Reyes Magos para  encontrarse con el niño Jesús.  Durante todas las fiestas, Miguelin los iba moviendo un poquito hasta que el día 5 de enero llegaban al portal.
        Su madre le había asegurado que, cuando lo tuvieran todo listo, iban a ir a la Plaza Mayor a comprar algunas figuras nuevas, para sustituir a las más estropeadas.
-De  este año no pasa, iremos a comprar un ángel como Dios manda, para ponerlo en el portal.
      Miguelín seguía desempaquetando las figuras, las casitas,  el castillo, el molino y su madre las iba colocando sobre la mesa, sin embargo, sus pequeños dedos  eran todavía un poco torpes y, en un descuido, al niño se le escapó una de las manos, que se estrelló contra el suelo.
-Te he dicho que tenías que tener cuidado ¡Mira! el rey Gaspar sin cabeza. Ahora ¿qué vamos a hacer? 
La madre estaba muy disgustada. El niño, que  la miraba con cara de susto,  empezó a llorar amargamente sintiéndose culpable.
-Venga, no te preocupes, tendremos que comprar un rey  también.
        Al oír los sollozos, su padre entró  en el salón.
-¿Qué es lo que pasa? ¿Todos los años hay que formar este jaleo para montar el belén?
-Se me ha roto el rey Gaspar -dijo el niño entre hipos y suspiros.
-Ya le he dicho que no se preocupe, esta tarde iremos a comprar otro y también el ángel.
      Al oír eso, el padre puso cara de desacuerdo, esas figuras las tenía él desde que era pequeño y no pensaba deshacerse de ellas de ninguna manera, así  que inmediatamente se opuso a esa idea.
-Mirad, si ahora compramos un  rey, ya no será como los otros dos; dadme el que se ha roto y esta tarde lo llevaré a un  taller de artesanía que hay cerca de mi oficina en donde trabajan muy bien el barro; allí me lo arreglarán. 
-El cuerpo del rey está intacto, solo ha sido la cabeza -le explicó Miguelín mientras se lo entregaba.
-Bueno, no ha sido tan grave, seguro que me lo pueden arreglar; dadme a Baltasar para que se fijen en la cara y hagan una parecida.
      Ese mismo día, cuando salió de trabajar, el padre llevo al Rey Gaspar al taller para que le hicieran una cabeza nueva; también dejó a  Baltasar para que se fijaran un poco en el estilo de las figuras.
-Por favor ¿tardarán mucho en arreglarla? En estas fechas, si faltan dos Reyes Magos en el belén, parecerá que no está terminado y mi hijo nos estará dando la lata sin parar.
-No se preocupe D. Miguel, pasado mañana venga a por ellas, ya estará terminada.
      Pasaron dos días y allí se presentó el padre de Miguelín a por su encargo. Las dos figuras ya estaban empaquetadas así que le pagó el arreglo y se marchó tan contento, pensando en que por fin  su hijo, como todos los años, podría enseñar el belén a sus amigos.
-Ya estoy en casa -dijo al entrar-, traigo los reyes. Miguelín salió corriendo para cogerlos.
-¡Alto! Yo los desenvolveré y los pondré en el portal, este año con una reparación  ya es suficiente. Milagros, ya tengo las figuras –exclamó en voz alta. Sin esperar a que saliera su mujer, los dos se dirigieron al salón para completar el belén.
      Quitó los papeles  de la primera y salió el rey Baltasar, que se había llevado como modelo y lo colocó sobre el camino; entonces empezó a desempaquetar la segunda.
-¡Otro rey Baltasar! ¿Qué ha pasado aquí? En el taller se han confundido, yo les dije claramente que quería que hiciesen una cara parecida pero de rey Gaspar.
        A Miguelín  se le estaban poniendo los ojos acuosos, iba a empezar a llorar de un momento a otro.
-¡Mamá!!!!! Se han confundido no tenemos rey Gaspar. Ahora tenemos dos reyes Baltasar
      La madre entró en el salón y se quedo  tan sorprendida como ellos. 
-Ahora sí que tenemos un  belén original, un rey blanco y dos negros -dijo con un poco de sorna-, como es viernes, no podremos volverlo a llevar. Habrá que esperar al lunes. Ponlo de todas formas sobre el camino.
      El padre quería quitarle importancia al asunto y decía sonriendo:
-Bueno, a ver si no hubo más que un rey negro visitando al niño Jesús, seguro que fueron más; quizá Baltasar se llevó a un amigo.
      Miguelín y su madre no estaban de acuerdo con el padre; habían empezado a discutir cuando llamaron a la puerta. Salieron  a abrir y se encontraron con que la vecina venía a ver el belén con su hijo Basi.
-Pasad, pasad, el belén ya está terminado aunque este año hemos tenido un pequeño problema… No había terminado de decir la frase cuando   Basi  el vecino de Miguelín, que además era muy amigo de él, exclamó muy contento:
-Mira mamá, dos reyes negros, aquí sí que me quieren.
      Los tres se quedaron cayados ante la reacción del niño, no se esperaban que, algo que a ellos les había parecido un tremendo error, hubiese servido para darle una alegría tan grande al niño adoptado de su vecina.
-¿Has visto Basi como Miguelín y sus papás son muy simpáticos y cariñosos? Le habéis alegrado el día; no os imagináis como le cuesta adaptarse a esta vida nueva.
      Estuvieron  viendo y comentando todos los detalles del belén y pasado un rato se marcharon. Cuando se quedaron solos, Miguel dijo:
-¿Qué hacemos, lo llevamos a arreglar o lo dejamos así?
      Miguelín y su madre se miraron, todavía se acordaban de cómo se le había iluminado  la cara al niño del tercero cuando vio que también había figuras negras en el belén; si lo cambiaban se iba a disgustar mucho y ellos no querían que Basi sufriese.
- Bueno-repitió  el padre-, ¿lo llevamos a lo dejamos así?
-¿Qué te parece si nos quedamos con los dos reyes negros?
      Miguelín estuvo un  rato callado y, de repente, como si hubiese descubierto algo importante exclamó:

-Papá, nos lo quedamos. Yo creo que ese ha sido el regalo que el niño Jesús le ha hecho a Basi esta Navidad ¿verdad mamá?





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